Otra despedida

Continuando con la historia del mal diagnostico, el embrión «fantasma» no aparecía, pero todo indicaba que había un embarazo.

Al final de la mañana hable con Picoso y decidimos no operar e ir de urgencias a la seguridad social para buscar otra opinión. Yo no tenia ningún dolor y aunque estaba asustada y me encontraba un poco desubicada por la situación, físicamente me encontraba fenomenal, así que nos fuimos rápidamente en busca de otra solución…

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Pasadas unas dos horas me convertí en «transfuga» de la seguridad privada. Me llamaron para que entrara al quirofano y nuestro plan había cambiado, así que les dijimos que queríamos a ver otra opinión y salimos directo para urgencias de un hospital público.

Los médicos de la seguridad social, decidieron dejarme ingresada para ver como se solucionaba el asunto, pues después de hacerme una ecografía, un medico muy majo, logro ver el embrión al fondo de útero, así que de embarazo ectópico nada de nada…¡imaginaros si me hubieran operado!

Pasamos el fin de semana y dos días en el hospital con análisis de sangre y la hormona del embarazo no bajaba ni subía, nuestro embarazo estaba estancado, el pequeñín no prosperaba pero tampoco nos quería abandonar.

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Pasé cuatro días degustando el delicioso menú de hospital y escuchando de vez en cuando los ronquidos de Picoso que a su vez pudo disfrutar de un sillón, que según una enfermera, fue creado por un famoso diseñador de interiores… con seguridad no tenía ni idea de que lo que tenia que hacer, era un sillón, y a ser posible que fuera cómodo,  porque el pobre Picoso casi sale con cervicalgia de allí.

Al cuarto día los médicos decidieron darme el alta y hacerme un seguimiento semanal, con análisis de sangre para ver como iba la Beta (Hormona del embarazo). Y así fué, después de 25 días y yendo a sacarme sangre una vez por semana ,nuestro pichón se fue, luchó todo lo que pudo, pero no fue suficiente y nos dejó.

Nosotros estábamos de alguna forma preparados, pues no nos habían dado muchas esperanzas, pero aún así, esta vez fue muy duro. Algo pasaba, ya habíamos pasado por esto dos veces y nuestros embrioncitos no se quedaban.

El segundo aborto fue «natural» estuve no se si fueron 3 semanas sangrando y haciéndome a la idea de que quizás el Dr. Bigotes de la seguridad Social tenía razón habría que pensar  operar, pero esto ya es otra historia.

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