La Seguridad Social

Y por fin llegó la cita que pedimos a fertilidad en la seguridad social, eso si, nos la hubiéramos podido ahorrar. En cuanto entramos, el gine comenzó a bombardearnos con todo tipo de preguntas y aprovechó el momento en que me fui a la camilla para preguntarle a picoso si había ,tenido relaciones extramatrimoniales sin protección, ya os imaginareis la cara de picoso 😮 ¡WTF!.

Como ya sabéis el momento «tienes un saco de patatas« no se hizo esperar. ¡Pero que pasaaaa!, podéis evitar todos los ginecologos, hablar de mi útero como si estuviéramos en un mercadillo, ¡¡por favor, no sois vendedores ambulantes!!. En ese momento solo respiras y tarareas tu canción preferida para evitar sacudir al de la bata blanca.

Cuando salió de su boca la palabra operación, fue como si me dijeran lo peor, así que mi berrinche fue monumental, lloros y mas lloros y no era para menos me aconsejaba una miomectomía, lo que significaba una operación a tripa abierta para sacar los miomas, esto conllevaba una serie de riesgos, como que todo acabara en una histeroctomía, es decir: si algo salía mal quitarían el útero y mi ilusión de ser madre quedaría reducida a nada, absolutamente a nada.

Poco después nos íbamos de vacaciones, fueron las vacaciones más tristes de mi vida, no pude quitarme de la cabeza la operación y los riesgos así que a decir verdad no pudimos desconectar, estábamos tristes y asustados, debíamos tomar una decisión y ni nos imaginamos todo por lo que tendríamos que pasar mas adelante.